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recolpilación inconexa de los inconexos escritos funkangulosos... carpe diem...

miércoles, agosto 17, 2005

Intenso


El aroma de la comida me despertó el apetito y resonaron mis entrañas. Hacía días que no comía debatiéndome entre la fiebre, las nauseas y una gran infección en la garganta. Realmente tenía hambre. Días atrás el delirio y el dolor en el cuerpo como si me clavaran espadas en mis riñones.
Me desplomé sobre la cama luego de una noche sin dormir, al despertar sentí todo mi cuerpo dolorido y una vieja y conocida molestia en mi garganta. Después de eso la temperatura comenzó a subir rápidamente a medida que avanzaba la tarde. Abandoné mi cama para llegar hasta una lejana tribu perdida en la selva. Había monjas misioneras atendiendo a los enfermos, toda la tribu estaba muriendo de una extraña epidemia. Pronto arrojarían bombas de napalm sobre la región para acabar con aquella mortal amenaza. Las monjas empezaron a enfermar, las autoridades se negaban a enviar equipos médicos de rescate. Sobrevino el vómito y me di cuenta que había sido un mal impresionante el sucedido, hasta pude imaginar las bombas estallando. La temperatura siguió subiendo y el dolor se hizo más intenso. Me encontré en una cama ajena con una mujer encima de mí, sonriendo. Sentirla era tan extrañamente placentero... la cama comenzó a incendiarse y ya no supe dónde me encontraba, arrastrándome por una selva mientras unos hombre extraños me clavaban cuchillos en mis riñones. El calor era muy intenso y tenía sed, la tribu estaba pereciendo, las monjas discutían su accionar. De un momento a otro los aviones surcarían el cielo arrojando el infierno sobre la zona. Mi cama olía muy mal, mi sudor era intenso y me bañaba todo el cuerpo. Vomité nuevamente con un profundo dolor. Intenté dormirme boca abajo pero el dolor me sumergió en un terrible infierno: los rugidos de los motores se escucharon tempranamente pero los aviones no se vieron hasta que estuvieron encima de la zona. Las bombas cayeron lentamente y en un instante todo entró en combustión y nada ni nadie sobrevivió al cobarde ataque.
- Arrojaron las bombas y yo estaba en la selva! Me arrastré calcinado con las pocas
fuerzas que me quedaban, como un reptil en el infierno! – no pude dejar de repetir toda la noche entre dolores y calor, mucho calor. Quería estar en los brazos de una mujer o al menos sentir que el calor que me envolvía era de sexo. Me dolía todo el cuerpo, los genitales me pesaban, no podía dejar de revolcarme en la cama sudorosa y putrefacta de vómito.
En un rato más vamos a partir, tenemos que preparar todo, el auto está afuera. Tengo
hambre, podríamos comer algo antes de salir? Tal vez de esa manera pueda dormir tranquilo una buena siesta sin volver a tener esas horribles pesadillas. Una enorme serpiente negra trepó por las rocas, entonces tomé un hacha y un cuchillo, pero sabía que era poco para hacerle frente, así que decidí trepar barranca arriba. Al llegar a la cima esperé a la serpiente, pero nunca subió y entonces solo pude dedicarme a cambiar bombillas de luz en un espejo. Creía hasta ese entonces que esa horrible serpiente subiría a buscarme para devorarme, por un momento pensé que luego de matarla tal vez la podríamos comer a la parrilla... era tan pero tan grande...
- No tenés más chico? – me preguntó una cajera como asustada y asqueada de billetes grandes.
- No, es lo que hay –le contesté sonrojándome un poco.
La serpiente nunca llegó a la cima donde esperaba para darle muerte, era tan fea. Luego de mucho tiempo de espera un Conefante alado llegó hasta mí con un ala atravesada por una flecha, me miró con ojos profundos de conefante y me preguntó:
- Sabes donde puedo encontrar mi trompa?
- No, no sé de qué trompa me hablas?
- Hace tiempo que deambulo por los mundos en busca de mi trompa, todo conefante debe
encontrar su trompa antes de caer en la plaza de conefantes donde somos llevados para morir...
Entonces apareció la Rata Miguel caminado entre las rocas con su bonete estrellado, hablando de un lugar lejano donde están todas las trompas de conefantes alados... Y nos invitó a contemplar los poderosos rayos que caían desde el cielo, luego le dijo al Conefante que ese lugar lejano era un bosquecillo cercano donde encontraría su trompa y se ofreció para conducirlo hasta allí... Caminamos entre rocas bajo el intenso sol rojizo de la noche eterna y luego de experimentar mucho cansancio llegamos al bosquecillo oscuro, donde solo el Conefante debía adentrarse... Así fue como a los pocos pasos un Tigreso empetrolado se avalanzó desde una rama de un árbol sobre el Conefante y le arrancó las alas. Inmediatamente el brujo hereje de la Rata Miguel teletransportó al Conefante a la plaza de conefantes donde los conefanteros le dieron cruel y salvaje muerte... La rata Miguel se escabulló rápidamente entre las rocas... del bosquecillo solo quedaban árboles secos y un pequeño arroyo de aguas blandas, intenté beber pero todo desapareció repentinamente. Sentía mis labios secos y resquebrajados. Desperté bañado por un sudor pegajoso.
Llegado el dolor solo queda aguantar hasta desvanecerse.
Días más tarde, ya recuperado, me encontré frente al mar con la fuerza necesaria para llevar a cabo aquella ardua tarea de poner a punto EL COSO... Guillo y Ale se acercaron a mí luego de bajar sus instrumentos y meterlos en la casa. Contemplaron un rato el imponente mar. Yo sonreí satisfecho y excitado ante lo que estaba a punto de producirse: rock intenso en la vastedad del desierto... frente a un mar azulmente intenso...
funkangular

1 Comments:

At 5:20 p. m., Blogger lowvalium said...

toda la lisergia

el coso presidente

y larry zavala is dead


(Y)

digo heavy metal


hevy semental

hevy como semen de tal

jajja

puto a bloomberg

 

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