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miércoles, mayo 27, 2009

Chapter VII: Freeride extreme













Llegamos de madrugada a la isla sur con un frío invernal, pese a que aún es otoño, paramos en un backpacker donde nos arrancaron la cabeza así mal... 27 dolares la noche (publicado en la lonely planet a nz$17 la noche, fucking BBH y la puta que te pario!) Igualmente nos quedamos porque a esa hora de la madrugada neocelandeza (00.30hs) era impensable cruzarse al menos un alma encarnada en las frias calles de Picton, el lugar donde llega el ferry a la isla sur. Al menos nos ofrecieron un plato de sopa caliente (o 3 jajaja) y miramos una pelicula que no voy a decir cuál fue porque vale más es misterio porque si... no me reí tanto como esperaba (bueno será que mi espiritu está defraudado de New zealand y ya nada tiene color, sabor, aunque más no sea un brillo artificial de una piedra berreta?) sin embargo fui el último en dormirme.
A la mañana siguiente hicimos uso del free breakfast (tostadas, dulces varios y café) cuando solicitamos la leche para el café, la dueña nos interrogó: You didn´t see the cow in the backyard? Y soltó una carcajada haciéndonos reir por un rato largo. Conocimos a una pareja de canadienses con bastante poco humor y a una española viajera con quien conversé largo rato mientras intentaba pasar las tostadas y el café... Será que me acostumbré a desayunar livianito que no me banco un desayuno "abundante". Si, mi ironía hasta la muerte! jajaja Arrancamos de Picton rumbeando hacia el sur, parando cada tanto para el smoko time caravanero. Me entretuve sacando fotos y grabando videítos mientras Marie (la alemana) sostenía el volante. Luego me arrebató la cámara para usarla mientras yo no quitaba la vista de la ruta (un segundo de distracción te puede costar la vida en estas sinuosidades extremas) y me puse nervioso temiendo alguna mala jugada... Es difícil de explicar, pero mi cámara es sagrada, es mi herramienta de trabajo, la fotografía no es un hobbie para mi, hobbies tienen los mediocres yo tengo actividades creativas... En vano fueron todas las recomendaciones y trataba de controlar mis impulsos para no arrebatarle la cámara de las manos a la germana... Luego de un rato ella me preguntó si le molestaba si ponía "su" música y cometí el grave error de decirle que no. A los cinco minutos ya estaba completamente arrepentido... no es que no tenga una apertura musical ni mucho menos pero detesto no escuchar canciones completas, 3o segundos de un tema, 1 minuto 20 de otro, 15 segundos del que sigue... Y asi estuve conteniendo mi ira contra tan pésima musicalización donde no existía una sola canción completa! Al son de Ventura llegamos a algún lado a comprar comida. A estas alturas descubrimos con Iggy que compartíamos la no simpatía por Marie. Yo descubrí cuanto detesto la actitud de los fumadores de tabaco de ni preguntar si molesta el humo. Luego de mucha ruta llegamos a Christchurch y conseguimos alojamiento en una casa donde vive una chilena amiga de Iggy. El dueño de la casa nos consiguió alojamiento en Queenstown para la noche siguiente. Teníamos ganas de salir a ver qué onda la noche, paseamos por callejones de estilo europeo pero nunca llegamos a la noche porque se largó a llover y el cansancio nos venció rendidos a los pies de una estufa a leña. Partimos a la mañana siguiente y llegamos a Queenstown y nos quedamos en una casa helada y repleta de gente: la casa de los hobbits! Dueña de una arquitectura imposible e inverosímil, digna de un Escher de hongos. El dueño de la casa de Queenstown nos consiguió alojamiento en Wanaka y allí partimos a instalarnos. Wanaka es una villa turistica (a esta altura hablar de ciudad en new zealand es una mentira) diminuta y hermosa. el panorama laboral es asperisimo y si bien luego de una semana los carteles de los bares cambiaron del estricto "NO JOB" al esperanzador "NO JOB until july" Wanaka sigue siendo una hermosa villa turistica donde despilfarrar dinero... Sin embargo Wanaka alberga otros misterios naturales como las amanitas muscarias que crecen bajo sus pinos y los golden top que crecen en los potreros... Y allí nos dirigimos en contadas ocasiones luego de la lluvia en mañanas de sol caminando mirando al suelo en busca de los preciados hongos. La naturaleza es extraña, gracias a la bosta de las vacas crecen estos hongos simil cucumelo, que tan alegremente recogimos en frías mañanas y tardes. FRIAS. Pese a todo la dueña de casa nos alertó "this mushrooms are bad" Es extraño como la ignorancia domina el mundo... Noches más adelante comprendí el por qué de la ignorancia dominando el mundo y no hay nada más necio que el ignorante. Y así luego de trabajar un poco en la granja para pagar el alojamiento una mañana partimos rumbo al campito de las vaquitas a recoger golden top y escalar una montaña. Comimos hongos secos y tambien frescos, y contrariamente a la tradición estos hongos sabía entre melon y sandía, muy ricos, pese a que Iggy se lamenteba de lo feo que le resultaba tragar uno tras otro jajaja. Cruzamos un arroyo por sobre un alambrado y empezamos a buscar el camino para subir, al cabo de un rato yo ya estaba totalmente compenetrado con la montaña pese a que mis amigos seguían sin avistar "el camino" que yo seguía. Desistimos y bajamos para intentar por otro lado, no sin antes mojarnos los pies con el agua estancada... Encontramos cuevas y caminitos ocultos que empezamos a seguir subiendo el cerro. Yo empecé a ver claramente donde seguían los caminitos y los puentes y mis amigos se reían de mis caminitos y mis puentes, optando por otros rumbos. Debí aclarar que un tronco caído que comunica dos piedras era para mi un puente jajaja. Alli en la ladera estaban los arboles y los arbustos y yuyos tndiéndome sus brazos para que yo me aferrara fuerte, subíamos lentamente, la parte más difícil fue la piedra mojada donde solo nos quedaba aferarnos a los musgos jajaja, el frio se hacía sentir y finalmente llegamos a un descanso desde donde observamos gente observándonos desde la cima. "Tal vez planean dispararnos" dijo Iggy mientras se ocultaba detrás de mi jajaja y el enigma de la gente de la cima nos alentó a seguir subiendo, si bien esa fue la parte más agotadora pese a que ya no subíamos en cuatro patas. "Miralo al León convertido en cabra montañosa, Luis" observaba Iggy mientras reía. La risa ese estado de descarga, como luego de la foto en la cima donde entramos en risa extrema durante un buen rato. Continuamos subiendo con el espíritu de Rocky Balboa, corriendo en la montaña, aunque a los pocos minutos yo ya no daba más pero pese al cansancio no aflojaba. Nos costó un buen rato subir a la cima y allí nos sentamos a contemplar la vista del lago Wanaka. Los colores tenían un movimiento irreal y los rayos del sol hacían cambiar las tonalidades... Nos sentíamos felices de estar ahi arriba pese a que no era la cima absoluta (cual es la cima en la montaña acaso?) y decidimos seguir hasta donde habíamos visto la gente observarnos, con los últimos esfuerzos logramos escalar hasta la cima donde al llegar nos encontramos un hermoso banco de madera para contemplar la vista desde el lookout: habíamos subido la montaña por la espalda, del otro lado un extenso track se abría paso para subir fácilmente... Nos cagamos de risa viviendo esa alegoría que representaba nuestro acto latino de subir por el lado salvaje para comprender que los kiwis habían construído un camino para subir por el lado fácil... Pese a todo nos sentíamos con tanta energía que decidimos descender de la montaña al trote, cuesta abajo, saltando como cabras locas en completa y total armonía con la naturaleza, escuchando el eco de nuestros pasos sobre la piedra, riendo de nuestra osadía... Algunos nacimos para trepar por el lado difícil de la vida y creanme: el esfuerzo engrandece el goce de alcanzar las metas...

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lunes, mayo 25, 2009

Chapter VI: Left behind













El trabajo en Gisborne se agotaba y el picking de mandarinas se tardó dos semanas más de lo normal, pese a que fue en Gizzy donde se pickearon las primeras mandarinas - dos semanas antes que en Northland, la zona cítrica por excelencia - Luego de insistir mucho logré conseguir trabajo con una contractor llamada Cindy, en la mañana pasé a despertarlo a Iggy (el pelado) y a Nacho (el madrileño) para ir a trabajar, pero Nacho tenía otros planes así que arrancamos con Iggy derecho para la orchard siguiendo a Tina, la socia de Cindy. El primer día fue duro porque las mandarinas seguían verdes y el primer bin estaba atiborrada de mandarinas verdes en el borde: mal. Aunque al pickearlas se veían naranjas todavía les faltaba y algunas llegaban a tener partes verdes, las cuales no servían. Lloyd, el manager de la orchard de muy mala manera me dijo que no tenía que pickear las verdes y al sacar la mandarina y tirarla me regañó: don´t throw the fruit to the ground, it´s money! Recordé aquella lección de la Chiqui Gonzalez, mi profesora de dirección de actores, de cómo utilizar el tono de voz para llegar a lograr la reacción correcta. Si Lloyd me hubiese explicado con un poco más de paciencia y un tono más ameno yo hubiese comprendido en el acto que sólo debía pickear las mandarinas completamente naranjas, que las que aún estaban verdes en una semana más iban a estar completamente maduras. Y las malas maneras generan malas reacciones. Ese día pickeamos tres bines hasta el final de la jornada, lluviosa en todo momento. Sin embargo Iggy insistía en resaltar lo relajada que era la pega. Al día siguiente emprendimos el ritual diario, pasaba a buscar a Iggy en la van y arrancábamos para la orchard fumando en el viaje, contemplando los primeros rayos del sol y las primeras hojas del otoño caer con la brisa gisborneana. Al llegar arrancábamos a pickear por la row donde habíamos dejado el día anterior, generalmente escuchando música con nuestros reproductores de mp3 que aliviaban nuestra jornada. Para el smoko siempre estábamos preparado aunque generalmente no llegábamos a llenar el primer bin. Luego el lunch para finalmente despedirnos de la jornada a la orden de "che, armate otro"... Los primeros días nos fuimos poniendo a tono con el trabajo, recibiendo las indicaciones de Tina en un principio y de "Jessee from gizzy" luego. También conversando con el tractor driver, Ben, un maori que nos ofreció una onza de "chronic" y nos invitó a fumar un buckett en el lunch mientras los jefes estaban lejos. Nos contó que él la cultivaba en el campo lindero, un maizal tupido y desatendido. Entre las plantas de maiz él cultivaba las chronics en outdoor jurando que era la mejor weed que podíamos conseguir en Gizzy. Nos prometió una onza apenas la tuviera secada y continuó su trabajo manejando el tractor con su pañuelo de Black power y su buzo con una hoja de marihuana en la espalda, cada vez que pasaba me hacía el saludo black power y yo le contestaba sonriendo y repitiendo el mismo gesto del puño cerrado con el brazo en alto, aunque sinceramente me caía bastante mal. El trabajo era realmente relajado, al tercer día solo estábamos Iggy y yo trabajando en la hectárea y unos días más tarde Jesse nos dejó a cargo de Corey, la hija de Tina, una maori de tetas generosas que nos enseñaba su escote cada vez que se agachaba para sacar una mandarina y mostrarnosla mientras nos decía: too green. Todos los días llegaba alguno de los jefes y nos amenazaba con echarnos si pickeábamos una sola mandarina verde más. A los pocos días descubrieron nuestro "green corner" entonces nos enseñaron la técnica del "green bottom" y a "pintar" los bines, técnica que consistía en poner abajo las mandarinas mas verdes y las últimas bolsas solo naranjas... Con lo cual disimulábamos bastante bien el bin. Esta técnica me la enseñaron los supervisores en el picking de manzana diciéndome: "only pick the goods when the boss is coming". Y los boss no venían nunca por la row... hasta que llegaban. Entonces empecé a dejar un árbol de mandarinas bien naranjas cerca del bin para ponerlas encima del resto y cuando Lloyd o Cindy se aproximaban yo pickeaba a gran velocidad las mandarinas para tapar las verdes. No es que deliberadamente pickeara las verdes sino que las mandarinas estaban aún verdes y una mandarina que de un lado era naranja furioso del otro estaba zarpada en verde. Al caer el sol ya no se podía ver correctamente y una tarde nos fuimos al carajo con Iggy pickeando mandarinas verdes, a lo que Jesse decidió suspendernos el día de trabajo y nos dijo: "come back tomorrow, maybe the boss give you another chance"... Y tuvimos otra oportunidad finalmente (pero nos cagaron un bin) y seguimos embalados escuchando psy trance para pickear más rápido. Los días se aceleraron, fumar-pickear-psytrance-lunch-pickear-fumar-go home. Todo era repetición, las row, las wineyards, las espalderas de álamos... Y pickear mandarinas... Iggy me preguntaba: cómo hací weon pa´pickear tan rápido?" a lo que yo contestaba: work don´t talk... jajaja. Y todos los días o venían los jefes o los supervisores inventando alguna excusa para que nos fuéramos antes así ellos se podían ir antes. A la semana teníamos a Benito (el bong del Nacho) como la herramienta más importante del picker, aguardándonos al lado del bin o de un árbol para hacer el mini smoko. Llegamos a tomarnos solo el lunch (media hora) como único descanso en la jornada. Nos estábamos convirtiendo en máquinas de pickear... Sino fuera por la salvedad que siempre se nos pasaba alguna verde, es que realmente es difícil llenar un bien cuando las mandarinas estás aún verdes!
Llegó finalmente el día de la onza seca y al examinarla no se veía tan mal, pese a que en el auto le dije a Iggy que para ser una onza era demasiado poco... Y quizo el destino que esa misma tarde en casa de Iggy nos encontráramos a un dealer en el living sentado fumando SU hierba quién al ver la onza de Iggy empezó a hacerla mierda, "this shit is not chronic, this is chronic!" decía mientras enseñaba un twenty de su weed. Conversando con él me di cuenta que no tenía demasiada idea de cultivo y que era un boca de jarro que compraba y revendía, pero no cultivaba. Ahí me di cuenta que todos los dealers de Gizzy eran mentirosos, porque no tenían la más remota idea de qué genética estaban cultivando o comercializando y siempre mentían diciendo "this is afgan", "this is white rinno", "this is chronic" mientras todos tenían la misma mierda mal secada de gizzy. Un error fatal en el secado es poner los cogollos en el microondas y todos estos maoríes secan la weed en el microwave! Al día siguiente mi amigo habló con el Ben y le pidió que le devolviera la plata o le pasara más weed, a lo que el maori volvió a mentir prometiendo: "tomorrow"... A los pocos días Corey me ofreció weed, me mostró una onza que sacó de un balde de 5 litros donde tenía muchas bolsas de onzas, ahí en el asiento trasero de su 4x4. Eso me hizo comprender por qué muchos de los maories no quieren trabajar pudiendo vivir de la mierda que cultivan. Si al menos se interesaran por comprender la planta y aprender a mejorar sus cosechas, pero ya saben eso de que Dios le da pan a quien no tiene dientes... y no estoy intentando ser sarcástico. El trabajo se puso denso cuando nos revisaron los bines y nos dijeron que estaban muy verdes y que no nos iban a pagar, con lo cual luego de una tensa situación resolvieron mandarnos para otra orchard a cosechar mandarinas japonesas... Al llegar a la otra orchard nos encontramos con unas mandarinas diminutas y unos árboles impenetrables, el trabajo se complicaba y los bines había que llenarlos a tope... al principio Cindy nos dijo que nos iban a pagar NZ$45 por bin (5 dólares más que los otros) pero luego de un rato volvió y nos dijo que nos iban a pagar 42 dólares por bin. Le dijimos que íbamos a terminar el bin y nos marchábamos a la casa hasta el día siguiente y Cindy se enojó y nos amenazó que si nos íbamos no volviéramos. Le pedí que me diera el recibo de sueldo para evaluar la situación y al ver que solo nos pagaron 260 dólares por una semana completa de trabajo le dije que a mi no me servía seguir trabajando, pero Iggy me convenció que siguiéramos trabajando o haciendo como que trabajábamos... Al día siguiente llovió mucho y nos avisaron que no se trabajaba y al otro día le avisamos que no íbamos a ir más. No nos pagaron los primeros días y cuando preguntamos Tina nos dijo que se iba a fijar pero nunca nos pagaron los primeros días que fueron trabajados por hora, no por producción. Ya estábamos de cara a la última semana en Gizzy - porque habíamos decidido irnos al sur con Iggy y Luis el , chef mexicano - cuando conseguí un trabajo diferente: modelando desnudo para una escuela de arte. Así que ahí fui, primero con Norman el profesor de dibujo, a ver las instalaciones y luego a charlar a un bar vino y springs rolls de por medio. Al lunes siguiente estaba allí preparado para desnudarme frente a la docena de alumnos. Me lo tomé de la forma más natural posible y mantuve las posturas estoicamente mientras la clase de mayoría femenina me observaba y dibujaba. Creo que nunca había pensado tanto en la reina de inglaterra ni en Margaret Tatcher para evitar una erección aunque tampoco sé por qué me daba más vergüenza tener una erección que no tenerla... Deben haber sido los 40 dólares más fáciles que gané en mi vida por el módico esfuerzo de ponerme en bolas y recostarme en un sillón o adoptar la postura del pensador del Rodin. Mi experiencia con modelos desnudos siempre fue del otro lado de la cámara o del papel, pero esta vez era yo el desnudo y observado. Al regreso me llevó otra de las profesoras con quien mantuve una extensa charla sobre la displicente actitud maori y otras cuestiones de idiosincracia kiwi. Una amena e interesante conversación en una fría noche en Gizzy con viento y lluvia... Me volvieron a llamar de la escuela pero les dije que me marchaban y me dijeron que si volvía a Gisborne pasara a visitarlos que seguramente iban a llamarme para otra sesión. Y así se sucedieron los últimos días en Gisborne, sin trabajo fijo, con frío y lluvia y un malestar con alguna gente del backpacker con la que había habido algún que otro mal entendido de difícil solución. En esos últimos días compartí muchos momentos con Nacho el madrileño que me llenaron de alegría, con Nick el kiwi quien me defraudó inesperadamente, con Joe un maori del quien siento un poco de pena y por supuesto con Iggy y luis con quienes estábamos a punto de emprender el viaje a la isla sur. Todo era una incógnita para mí porque no sabía qué venía después y Gisborne estaba enrarecido. Finalmente se sumó Marie, una alemana, al viaje y me alivianó los gastos de combustible aunque me llenó la van de olor a tabaco. A todo esto la última semana en Gizzy me propuse no fumar porque necesitaba una limpieza antes de que se me cagaran los bronquios... Y me banqué estoicamente esa semana en la casa fumona donde vivían Iggy, Nacho, Joe, Nick, Steve y James... Y donde siempre había un mínimo de tres maories agregados de fumones. Imposible no fumar, pero lo logré. La última noche en plena fiesta de despedida un maori se robó la computadora de Iggy en complicidad con otro y pese a que sabíamos que fueron ellos no pudimos hacer nada, en parte porque Nick el kiwi que había llevado a estos culeados empezó a demorar toda la situación y se lavó olímpicamente las manos. Los maories negaron todo (uno de ellos está con una tobillera con libertad condicional) y mintieron todo el tiempo. Yo lo sabía, Iggy, lo sabía, Nick, lo sabía y nadie podía hacer nada. Esa noche hablando con Joe él me confesó algunas acciones que no estoy seguro si serán ciertas o no, pero conociendo el pasado caníbal de los maories le hice prometer que nunca me iba a comer... Ese mal momento, el robo, nos detuvo dos días más y luego de impotentes actos decidimos partir dejando atrás a Gizzy y la mala vibra... Sentí una alegría inmensa cuando miré por el retrovisor por última vez el pueblo que me retuvo durante cinco meses, allí donde llegué con Marcell y chocamos, allí donde me fracturé la cara y me sané, allí donde cada vez que quería irme me ofrecían trabajo. El último día antes de irme, Gizzy hizo el último esfuerzo por retenerme: Hira me llamó ofreciéndome trabajo en el picking de mandarina! jajaja Le dije amablemente que le agradecía la oferta pero que mi tiempo en Gizzy se había terminado y que me iba a la isla sur, el comprendió y me deseó suerte.
Por un momento pensé que Gizzy era el pueblo con más cantidad de maories... y es que Gisborne es el pueblo con más maories en todo New Zealand!
Nos fuimos un viernes de un pique directo a Wellington, adonde llegamos luego de subir una montaña sinuosísima en pleno diluvio... El viaje fue interesante, bellos paisajes y un rumbo nuevo, lugares donde habían estado amigos (como la fábrica de cerveza Tui desde donde me escribió Marcell) o Palmerston North a donde se había ido a trabajar Keisuke. Pasamos de largo por Napier (mi primer destino antes de que Gizzy me secuestrara) casi sin siquiera mirar la playa de piedra y arena negra. conversamos de mil cosas con Marie y me sentía de nuevo en la partida, así como cuando viajé con Marcell, obligado a hablar en inglés y haciendo un esfuerzo sobrehumano para comunicar mis ideas en otro idioma! El día en Welli esperando la hora del ferry fue corto, pasando por un bar chileno (los amigos) a comer unas empanadas y vino. Dejamos Welli a las 9 pm, hora que salía el ferry en plena tormenta. Me gustó el aire de Wellington y la movida musical que tiene, quizás una de la más grande de New Zealand... Ya en el ferry decidí que ameritaba sumarme a los muchachos y fumarme uno mirando como lentamente la isla norte se perdía en el oscuridad... Al fin y al cabo la semana ideal tiene cinco días! Calé hondo el porro y luego exhalé una bocanada de humo que se fue en dirección a la isla norte al igual que mi agradecimiento por tantas aventuras y por permitirme conservar mi vida. La noche era oscuramente cerrada mientras el ferry se bamboleaba de un lado a otro surcando olas de tres metros que salpicaban mis ilusiones depositadas en la South Island...

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Chapter V: The bottom of the fall.






















Hace meses atrás - si, el tiempo pasa para todos - estaba en el Albert Park de Auckland sentado una mañana de sol preguntándome qué carajos hacía en New Zealand. Solitarios días intentando comunicarme con la gente, mirando la ciudad, aturdido y ciertamente desconcertado ante el impacto cultural. En un hemp store me puse a conversar con el flaco que atendía y le regalé un disco de Low valium que intencionalmente empaqué en la mochila antes de partir desde La Paternal. La charla giraba sobre lo obvio: dónde conseguir porro... "You´ll need made friends, buddy" Y vaya que tenía razón.
Desde lo alto de las Rere falls miraba el agua intentando juntar valor para saltar y vencer el pánico a las alturas. Me preguntaba: que carajos hago acá ariba? Y ahora sé la respuesta que hasta ese entonces ni intuía: Saltar desde las Rere falls. Y aunque suene ilógico o demencial yo vine a New Zealand a saltar de las Rere falls, lo mío no fue un salto acrobático, fue un salto de fe que me llevó al fondo de la cascada a vivir los 300 años más increíbles de mi vida.
La caída duró aproximadamente unos cinco segundos, de los cuales solo recuerdo el bache en negro sin sonido, al tocar el agua abrí los ojos y pude ver cómo los rayos del sol penetraban en la oscuridad del estanque al pie de las Rere falls, inmediatamente sobrevino un golpe fuertísimo y negro que me desplazó de mi cuerpo y me dejó allí abajo del agua. Comencé a hundirme lentamente mientras comenzaba a tener recuerdos de cuando estaba en el vientre de mi madre, una sensasión placentera de paz uterina, una paz que anhelaba desde que había despegado el avión desde Ezeiza. Lo primero que ví fue un destello blanco agitándose como un pedazo de tela bajo el agua, ondulando y rodeándome, al acercarse pude ver su rostro (era ella) mi alma gemela y estaba ahí para abrazarme... Estuvimos abrazados largo rato hasta que la presencia del estanque comenzó a acunarme como a un niño, en ningún momento pensé en que estaba muriendo ni en que habría sucedido con mi cuerpo ya que yo estaba ahí y no podía recordar cómo había llegado. Y entonces sentí como el espíritu de la tierra, nuestra madre tierra me llevaba en sus brazos y me vestía con una túnica blanca llevándome como a un niño... y yo era un niño. La paz era inconmensurable y el silencio parecía susurrar una melodía hipnótica que se repetía como un mantra. Todo allí era revelador para mis ojos que poco podían entender lo que veían.
Los primeros cien años los dediqué al estudio de la tierra escuchando atentamente las lecciones impartidas por la madre naturaleza, los siguientes cien años los dediqué al estudio del hombre y el impacto de éste sobre el planeta - lo que me provocó un llanto inenarrable, completamente silencioso - los últimos cien años los dediqué a ver lo que vendrá...
Concluído mi aprendizaje, la pacha me llevó de nuevo al estanque acunándome pero ya no siendo un niño sino un adulto. Sentí una leve tristeza temiendo dejar aquel sitio tan apacible, pero inmediatamente la madre naturaleza me consoló diciéndome que recordara todo lo aprendido y lo pusiera en práctica, que ese era el momento de partir al lugar desde donde sentía me tironeaban y me dejé ir dejando allí en el fondo del estanque aquella magnífica presencia, con una sonrisa en mi rostro saltando a la inversa, repasando en un segundo aquello vivido allí abajo durante trescientos años, imagen tras imagen, palabra tras palabra y ya no dolía ni me freía la cabeza como otras veces intentando aferrarme a las imágenes, intentando recordar, intentando quedarme allí en el otro lado... Ahora era distinto, ahora tranquilamente me dejé tironear por el flaco que saltó a rescatarme y la gente que se tiró al agua con la misma intención. Si antes de dar ese pequeño paso no concebía bajarme humillado por no haber tenido la valentía de saltar, al salir del agua caminando, repitiendo con una sonrisa: está pasando otra vez, cada paso que daba destacaba en firmeza y liviandad emergiendo de las aguas como un hombre completamente diferente al que había caído doce metros para romper la piedra del fondo y su cara... Ese golpe se llevó bien lejos toda esa energía que me estaba consumiendo y me llevaba hacia abajo a las profundidades de mi ser más oscuro. Sentía el mareo y la excitación todo junto en la piel, sentía cada célula de mi cuerpo aún movilizadas, y podía comprender que mi cara se estaba amoratando. Tomé unas fotografías para verme, casi sin mirar, caminé hasta una roca, casi sin mirar sintiendo los músculos de mi pecho pesados y adoloridos. Sentía unas ganas profundas de dormir, pero sabía que ese golpe había sido fuerte, muy fuerte. Solo podía responder "I´m ok, dont worry about me"... y la gente empezaba a salir del estupor al verme caminar entre ellos, segundos atrás cayendo directo a la piedra golpeando estruendosamente, quedando inconsciente durante siete segundos boca abajo, flotando mi cuerpo inerte. Corrí debajo del agua y a cada paso sentía todo mi cuerpo adolorido y el agua cayendo lavándome la cara me producía un dolor muy fuerte aunque la frescura del agua aliviaba mi dolor que empezaba a concentrarse en mi ojo izquierdo. Luego de las fotos de rigor con las Rere falls de fondo mis amigos decidieron regresar a Guizzy, un poco preocupados por mi estado. Durante el viaje me tendí en el asiento trasero del auto de Yutaka, mientras ejercitaba la respiración para mantener el pulso, sentía desvanecerme. Finalmente en 12 berry st, logré bajarme adolorido mientras buscaba llegar al baño para lavarme la cara y sacarme toda la sangre coagulada y los mocos de mi nariz. Frente al espejo pensé "bueno, no se ve tan feo" y me soné la nariz produciendo que todo el moco y la sangre se fueran directo a mi ojo de una manera inverosímil que me asustó tanto que solo atiné a pedirle a Joao que me llevara al hospital. La demás es historia conocida: left blowout eye fracture y vuelo a Hamilton para la cirugía que inexplicablemente no fue. (Si toco mi ojo izquierdo puedo sentir donde ocurrió la fractura) Esa noche me morí de dolor mientras Jane, la enfermera que me cuidó, no dejaba de sorprenderse de mi lucidez mientras me contaba sobre una historia de su infancia saltando en el mar cuando una niña tuvo un accidente similar al mio.
Ahora se que tenía que saltar para vivir todo esto, renacer desde el fondo de la cascada y dejar que esta tierra y su inmenso poder me sanaran para aprender todo eso que está en mi y se va a manifestar cuando sea necesario, no intenté recuperar ninguna imagen del fondo del estanque porque se que están en mi y así como trepando la montaña la semana pasada se reveló una de las enseñanzas: "no ves la generosidad de los árboles tendiéndote sus ramas para que te agarres? Aférrate a ellos que llevan muchos más años que vos sobre esta tierra deja que te trasmitan su conocimiento" inmediatamente una sonrisa se iluminó en mi rostro y lo que era una áspera montaña impenetrable se transformó en una montaña llena de brazos para permitirme ascender hasta lo alto de la cima...
Ahora agradezco a esta tierra la inmensa oportunidad que me brindó desinteresadamente al protegerme en su útero y enseñarme sus secretos más ocultos, que están allí al alcance de cualquiera, tan solo tocando un lago, una piedra o un árbol cubierto de líquenes y pidiéndoles que nos revelen sus secretos para hacernos uno con esta tierra... Y si cierro los ojos puedo ver a las Rere falls, imponentes, allí en el mismo lugar donde las dejé.

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domingo, marzo 22, 2009

Chapter IV: Overseas eyes in a strange land
















A mi abuela quien cocinó las mejores papas fritas de mi infancia.

La temporada de picking grapes finalmente llegó a Gisborne un poco más tarde de lo normal debido a las intensas lluvias y luego de una semana completa de days off arrancamos por lo primordial: sacar las uvas podridas de los viñedos. Aca en Nueva Zelanda usan máquinas para todo y las wineyards no son la excepción. Así arrancó la temporada entre cosechadoras hidráulicas gigantescas, maoríes son más vagos que argentinos y supervisores intentando controlar lo incontrolable. Arrancamos a la mañana temprano en algún viñedo y cuando lo terminamos pasamos al siguiente, por el momento trabajamos para Hira, un contractor indio que trabaja para Montana (una de las mayores productoras de vino en New Zealand) Y así va la caravana de autos siguiendo al líder hasta el siguiente viñedo y la gente se mezcla y comparte y uno va descubriendo que siempre hay alguien con quien hablar español, ingles, franés, aleman... la caravana multicultural. Mucha música, muchas comida, mucho humo, muchas risas y por sobre todo muchas vivencias.
He estado escuchando mucha música mientras voy cosechando las uvas y le he prestado particular atención al disco que Luca grabó en argentina antes de formar Sumo: Time fate love. Ese disco que descubri hace tanto tiempo y que he vuelto a redescubrir acá en este país extranjero donde casi ningún nativo habla mi idioma y mucho menos puede comprender cómo siento o por qué mi país es como es, tan lejano con su Maradona, cocaína, tango y los pumas. Y entonces pienso en Luca, en sus viajes, sus palabras, canciones y no puedo dejar de identificarme con él, extranjero en una tierra extraña... Y comprendo a la perfección su sufrimiento y su particular mirada sobre argentina. El escapando de la heroína, yo escapando de la argentinidad... Y la soledad, las canciones, el vino, el humo, la risa y la gente que uno va conociendo en el camino. El aferrarse a una almohada húmeda en noches largas de eternos sueños, los más oscuros sueños que jamás nadie haya tenido, el paso del tiempo desgarrando la piel, la fiebre y la ostranienie, el presente cayendo plomizo sobre los hombros hundiendo los pies en el barro, el tiempo estancado, el frío y el calor, el dolor y el amor, las caricias que queremos se prolonguen por toda la eternidad sabiendo que se van, las noches largas, solitarias, caminando calles oscuras sin importar que pueda suceder tan solo deseando que suceda algo... El grito ahogado que el mundo no puede escuchar , el nudo en la garganta, la pérdida del apetito y refugiarse bajo las frazadas deseando que el tiempo pase y cambie la situación... El describir la cotidianeidad con ojos extranjeros, tratando de comprender cómo funciona el mundo en esta parte del mundo...
Y así voy cortando uvas, caminando en el barro con las manos sucias y cansadas esperando al siguiente smoko time y pensando en todo lo que dejé atrás.
Luego de un buen tiempo de parar en la playa decidí mudarme a un hostel, el Flyng nun. Acá está lleno de gente de diferentes paises y hay muy buena onda, encontré muchos latinos, chilenos, uruguayos, argentinos, brasileros y he pegado buena onda con todos, en especial con nuestros hermanos trasandinos, tanto que los argentinos que conocí acá me dicen que tengo acento chileno (?) Y he encontrado argentinos copados y otros n tanto como todo... Y es que hay un tipo de argentino que no me cabe ni mierda: el altanero, soberbio, ventajero y cagador, generalmente porteño hasta el tuétano. Y me tocó sufrir a uno bien rémora que por suerte ya se ha ido a la meca latina: Tauranga. Durante semana y media me tocó soportar al Sebo o Sebado como yo lo apodé porque nunca entendía de límites, pero gente así ni me interesa, gente que va cerrando puertas por la vida, por suerte se fue del backpacker, sin pagar por supuesto como hacen todos los mierdas como él por acá dejando la mala fama de los argentinos que por estos lares todavía no es tan mala... es que hay otros que intentamos ser mejores y me alegro de conocer más gentes y saber que no soy el único.
Me hice muy amigo de un grupo de chilenos muy copados y hemos compartido asados, fiestas, tragos, humo y mucha ruta.
Uno de los chilenos, Ignacio, histriónico personaje quien quiso ser exótico como en Australia y no lo logró tan fácilmente, primero quiso ser el único chileno, pero no lo era, luego pensó ser el único pelado pero ya había otro, tampoco pudo ser el único Ignacio porque ya hay otro, tampoco pudo ser el único con sombrero de Raiden porque muchos otros usan sombreros chinos... en fin, se mudó a un flat a la vuelta del hostel y ahora es el único en todo! Un grande, hizo un asado para festejar la mudanza y lo invitó a Hira, el contractor quien demostró tener un muy buen sentido del humor y entre cerveza y cerveza hablo con casi todos nosotros sobre diferentes temas, hasta que en el momento de comer el asado se retiró tal vez porque los indúes no comen carne y al ver tantos sudamericanos carnívoros se sintió fuera de lugar.
En el trabajo ya todos me llaman por mi nombre, será esa capacidad de sobresalir del resto por diferentes razones, como en la escuela! En parte porque entiendo a la perfección lo que me dicen los supervisores, tal vez porque pegué buena onda con algunos de ellos, tal vez porque mi nombre resuena entre las uvas cada vez que necesitan una mano. Lo cierto es que kiwis, maories o sudamericanos todos conocen mi nombre y vienen a hablar conmigo o a ofrecerme fumar con ellos o que les cuente un chiste y yo me alegro mucho porque soy un comunicador y ejerzo mi rol a la perfección, muchas veces vienen a buscarme para oficiar de traductor o Maggie una de las supervisoras maori que me tiene mucho cariño me dice: Ey Leon! Explain to the others how do a good work, please. (Porque Maggie siempre te pide todo por favor y si no te conoce te trata de usted)
Mi mamá me enseñó las primeras palabras en inglés cuando yo era niño e intentó enseñarnos lo básico a mis hermanas y a mi, luego en el secundario tuve 3 años de inglés donde luego de un muy mal comienzo y gracias nuevamente a la ayuda de mi madre logré llegar a ser uno de los mejores alumnos de mi clase. Luego lo dejé todo ahi añejando y pocas veces tuve la oportunidad de hablar ingles en Buenos Aires... Finalmente acá comprendí muchas cosas al darme cuenta qué tan importante ha sido todo eso en mi vida y agradecido estoy de poder comunicarme gracias a lo que me enseño mi madre, mis maestros y lo que yo he ido aprendiendo autodidacta heredado de mi padre. Y este país me envuelve en viajes mentales donde mi presente le agradece a mi pasado y bendice mi futuro.
Los recuerdos de mi infancia se hacen nítidos y me asaltan a cada momento y no hay mañana que me levante y agradezca todo lo que estoy viviendo. Y son muchos los recuerdos que guardo, como las papas fritas de mi abuela, las mejores de mi infancia, ese sabor a cocina de abuela inexplicable, guardado en el alma. Mi abuela murió el 16 de marzo luego de una larga agonia de operaciones de alto riego y una neumonía. Yo sabía que ella estaba muy enferma, cercana a su muerte y deseaba una buena partida para ella sin tanto sufrimiento. Hace muchos años que no la veía y si bien siempre sentí que ella no podía comprenderme, mi amor y mi agradecimiento siempre estuvieron presentes. Me hubiera gustado estar allí con ella acompañandola en sus últimos momentos y acompañando a la familia, pero me tocó estar lejos muy lejos y enterarme dos días después por un mail de mi padre. Pero la muerte es parte de la vida y si bien sentí una profunda tristeza ante la noticia, busqué pensar el lado positivo y recordar a mi abuela como la persona trabajadora que fue toda su vida y recordar esas cosas que uno recuerda de las abuelas con el sabor de la infancia, como lavarme la cara con agua helada en pleno invierno en su casa antes del café con leche caliente y los secretos de la abuela sobre comidas y demás cosas que así como las primeras palabras en ingles que me enseñó mi madre en algún momento se volvieron o volverán relevantes en mi vida. Y entonces me despedí de ella a la distancia deseándole un buen viaje a donde sea que haya ido mientras cortaba racimos de uva y el sol me acariciaba la cara en una mañana más en la isla.
En el trabajo a veces somos muchos, más de sesenta personas y eso genera un clima de buena onda mientras lo latinos trabajamos y los maoríes hacen como que trabajan, porque he descubierto que los maoríes son más vagos que todos los sudamericanos juntos... Y tanto los supervisores como los mismos maoríes buscan mantener el orden y que los latinos trabajemos. Así que ante la duda el maori no trabaja pero alcahuetea al argentino o chileno que se va a dormir al auto jajajja. Un día me mandaron arriba de una camioneta a buscar unas herramientas al galpón y se subieron 5 maoríes conmigo en la camioneta con la excusa de ayudarme a traer las cosas, pero en la primer curva se bajaron todos y salieron corriendo por los viñedos. Tambien suelen ponerse cerca de uno, hacen que cortan uvas y se van, desaparecen y entonces viene Anthony un supervisor que se cabrea mucho con nosotros y nos reacomoda para tapar los huecos que dejan los maories. Los kiwis que trabajan con nosotros por el contrario no tienen ningún problema de arremangarse y trabajar sin importar si son el dueño del campo o un picker más. He conocido a unos cuantos trabajando y hemos conversado mucho, porque tampoco todos los latinos podemos hablar o entender ingles, esta gente disfruta mucho de hablar y de intercambiar puntos de vista. Cada tanto pasa el supervisor y me dice que siempre estoy hablando, sino es en ingles es en castellano y el prefiere que yo hable en inglés porque no entiende nada de español.
Después de las lluvias (acá llueve todos los días) se hace un barrial impresionante entonces los maoríes se vuelven locos coleando con sus camionetas y embarrando a todo el mundo... Y dos de ellos tuvieron la pésima idea de ponerse delante de mi van (mi querida Celia) y llenarla de barro entonces agarré unos racimos de uvas -el proyectil por excelencia en un viñedo - y cuando volvieron a pasar por al lado les tiré las uvas al conductor y se enojó mucho, tanto que se quería bajar a pelearme, pero yo aprendí que con los maoríes hay que tener mano de hierro y me le planté explicándole que "if you like the peaches hold on the plush" (?) Esa misma tarde ya en el pueblo en una estación de servicio volvieron a aparecer estos maoríes y se disculparon por haber ensuciado mi van, yo les acepté la disculpa y me invitaron a fumar la pipa de la paz. La mente de un maorí es extraña, llena de locura, tal vez por la herencia caníbal de sus antepasados que llegaron de la polinesia y se comieron a todos los habitantes de las islas, pero eso a mi no me intimida viniendo de la violenta sudamérica donde te meten fierro por nada. Y a los maoríes si les demostrás que no les temés te respetan, casi como los perros.
Así veo todos mis planes frustrados de mantener mi bajo perfil, en los smoko times la gente se acerca a mi, en el lunch también, mientras trabajamos también, cuando necesitan alguien para hacer una labor extra me llaman a mi, tal vez porque se aprendieron mi nombre, tal vez porque nunca les digo que no, tal vez porque todos los trabajos que hago los hago bien... quien sabe.
La otra tarde finalizado el día de trabajo me quería ir rápìdo y al doblar al final de la row de viñas se me atascó la van entre los alambres que van a tierra, jajaja, estuve como media hora intentando cortar los alambres primero y luego desenterrar la guía de metal que va a tierra, pufff, vienieron primero unas maories aayudarme y luego mis amigos maories los del barro, que más que ayudarme a mi vinieron a mirarle las tetas a una de las maories. Luego me llevaron hasta donde estaban trabajando los supervisores y demas gente y me llevaron en un tractor con uña con la cual levantaron la van del costado trasero y la corrieron por encima del alambre y pude seguir viaje agradecido entre chistes al respecto de mi infortunio. La puerta de la van quedo medio abollada y rayada pero... todavía sirve!
Y luego de una quincena de trabajo sin descanso (siete días a la semana) llegó el weekend off y organizamos la caravana de la monada del flyng nun hacia Mahia beach a comer un asado. Así que ahí fuimos todos en los autos y las vans por las rutas locas neocelandesas a nadar con el delfin Moko!
Como líder de la caravana los fui guiando hasta la playa del delfin en Mahia (si, ahí donde grabé el videocast) y al llegar vimos a Moko jugando con un flotador, solitario en el mar y me metí nadando a nadar con el delfín seguido por Ignacio el chileno que se metió con su tabla de surf. Y Moko se acercó a jugar con nosotros y ahí mucha más gente se metió al agua, con tablas, nadando o en kayaks y Moko se hinchó las pelotas y se fue más lejos. Hermoso animal el delfin, grande, como de goma, amigable e inteligente. Luego de nadar con el delfin nos fuimos a hacer el asado a una playa lejana del otro lado de la península y no podría haber elegido mejor lugar! Un asado sudamericano en Mahia beach! Con amigos del resto del mundo, compartiendo sin fronteras, sin nacionalidades, tan solo todos juntos como hermanos.
Finalmente recuperé mi celular ya reparado luego de dos meses sin respuesta y me devolvieron el dinero de la garantía y ahora estoy recordando cómo usar mi celular jajajaj...
He aplicado a un montón de ofertas laborales en el área de la fotografía y el diseño y en todas me han vuelto a decir que prefieren darle la vacante de trabajo a una persona con inglés nativo (cuando dicen esto se refieren a kiwi english, no american or british, solo kiwi) y que me desean mucha suerte para el futuro y blablabla, proteccionismo laboral, es que acá son muy celosos al respecto y prefieren darle el trabajo a alguien que no lo sabe hacer tan bien o que directamente no lo sabe hacer pero puede aprenderlo (o no) antes que meter a un sudamericano con experiencia. Pero no pierdo las esperanzas, un kiwi me aconsejó dirigirme personalmente para aplicar a un trabajo en el área, tal vez tenga más suerte que por internet, tal y cual lo hice anteriormente para los dos medios locales que he trabajado free lance. Y yo sé que ya va a llegar el momento en que la puerta se abra y voy a estar atento para no desaprovechar la oportunidad, siempre mirando con mis ojos extranjeros esta bella tierra que me ha llamado durante tanto tiempo, siempre con la cámara a mano lista para disparar, siempre con mis overseas eyes incansables, mirando lo que nadie puede ver.

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martes, marzo 03, 2009

Chapter III: Faster worker, kill kill!















En mi primera semana de trabajo en Gisborne me encontré con diversas actividades ligadas a los trabajos en farms, pero no todo fue hard shit work! Mi primer trabajo oficial fue en fotografía cubriendo el Gisborne New Year Festival! 3 días de invasión de una tropa de sedientos borrachos 24hs haciendo ruido y bardeando Gisborne de pe a pa. Rock??? No, nadie vino a ver bandas de rock solo vinieron al festival a descontrolar el camping y la ciudad, finalizado el festival desaparecieron y Gisborne volvió a convertirse en el aburrido pueblo neocelandés que fue, es y será (hasta el proximo gisborne fest!)
Mi segundo trabajo fue bastante más aburrido y pesado: working at kornfields. Shit work like pocos! Todo el día caminando por los campos de maíz arrancando las flores de las plantas macho, hilera por hilera con un sol que te partía la bocha y un supervisor que te tiraba con todo lo que tuviera a mano solo por diversión, su propia diversión. Después de 2 semanas de este trabajo horrible pasamos a podar los viñedos por un corto tiempo y luego empezamos el tan postergado apple picking! Y la vida tiene formas irónicas de reencontrarnos con el pasado... El olor de las manzanas en los bines me retrotraían a mi infancia, allá en Río Negro corriendo entre los manzanos, las tropas de recolectores, trabajadores golondrinas venidos de Tucumán, San juan, Mendoza, Chile. Y ahora yo estaba del otro lado, ya no más ser "el hijo del patrón" ahora me tocaba ser un empleado recolectando manzanas. Y vaya que resulté bueno, uno de los mejores. Hasta que me cambiaron de team y me pusieron con Dico "brasil is better" el mejor peor compañero que jamás podría haberme tocado. Yo lo conocía a Dico del hostel donde vivíamos, él era algo así como un ex drogadicto de Sao Paulo, recuperado y fervoroso creyente christian surfer! Vaya conbinación! "I think Brasil is better than new zealand" Repetía esta frase todo el día sin importar cuál fuera el tema de discusión.
El primer día que trabajé con Dico sucedió que el supervisor pasó observando las manzanas recolectadas (solo las rojas y grnades debíamos juntar) y vio unas un poco verdes a lo que le preguntó a Dico, que acababa de descargar sus manzanas, quién había juntado esas manzanas no muy rojas ni muy grandes; a lo que mi compañero respondió: Leon. Entonces Sunny, el supervisor , se acercó y me dijo que solo debía juntar las manzanas rojas y grandes, miré en mi bolsa y le mostré una:
- Like this one?
- Perfect.
Más tarde pasó el jefe, Steve y me llamó y me pidió que descargara mis manzanas en el bin, entonces lo hice lo más cuidadosamente posible y tras un breve silencio le pregunté si estaba bien y Steve me contestó:
-Awesome!
Luego le tocó el turno a Dico y pese a que yo estaba lejos pude adivinar en el rostro de Steve que las manzanas de Dico no eran buenas y Dico volvió cabizbajo a continuar la dura labor del recolector. La mentira tiene patas cortas.
Pero en la primer semana de cosecha de manzanas me harté del supervisor, el mismo estúpido del maiz, ahora te tiraba manzanas y vaya que odio que me tiren manzanas! Sino pregúntenle al cura que se fue al sendero luminoso... Y este supervisor, Ross, empezó a molestarme todo el tiempo diciendo estupideces y tomandome el pelo y burlandose de mi familia y demás... no fuckin´ good! Y un día me enojé y le contesté a una de sus estúpidas preguntas:
- Sorry Ross, but Steve pay me for work not for ear an stupid motherfucker asshole like you!
Nunca más volvió a dirigirme la palabra, ese mismo día le dijo a Dico que me dijera que me buscara otro medio para llegar al trabajo, ya que Ross pasaba a buscarnos a la mañana en su auto y nos llevaba a trabajar por el módico precio de NZ$20. Después de esta extraña y cobarde actitud, busqué otro móvil y lo conseguí! Joseph, uno de los checos a los que le compraría la van aceptó llevarme e irme a buscar cuando terminara de trabajar. Pero cuando le pregunté a Dico si sabía el lugar el me respondió que le preguntaría a Ross y me lo comunicaría, sí lo hizo: me mandaron a otro lugar, bastante lejos y sin manzanas con lo cual perdí mi día de trabajo y luego de enviarle un mensaje de texto a Steve contándole lo sucedido y del cuál no obtuve respuesta quiso el destino que pasara Hira, otro contractor el cual me había llamado para trabajar pero yo ya había comenzado en otro lugar, y me volvió a preguntar si necesitaba trabajo y le dije que si y cambié de trabajo.
Pasé al wirelifting en los viñedos, básicamente levantar las viñas y ponerlas en los alambres. También hice pruning y nailing! Ufff este laburo casi me mata: poner clavos en los postes para luego poner los alambres. Al cuarto poste pensé que mi brazo se iba a morir! Entonces pasé a hacer tapping que es poner cinta tape en las ramas de las viñas para sujetarlas a los alambres.
Y después llegó el tan ansiado receso de 2 días para manejar 1200km hasta Auckland - ida y vuelta- para ver a Nine inch nails y escribir algo para el diario del pueblo. Manjar en New Zealand es relativamente fácil, pero la gente acá maneja como si estuviera jugando al need for speed! No importa si manejan una moto o un camión oversize, manejan a gran velocidad, un promedio de 120km es lento! jajaja Y los caminos y las rutas son tan jodidamente sinuosas, curvas, contracurvas, subidas, bajadas, curvas sin visión, rutas sin banquinas bordeando el mar y gente pasandote con un trailer y lancha a punto de estrolarse contra un camión de frente!
Una experiencia intensa. Auckland es la misma mierda de siempre todo el año, pero es la ciudad más grande de New zealand, hablé con mi amigo Ty para contarle que estaba en Auckland y el se ofreció para alojarme en su casa y llevarme al show, porque no quería seguir manejando en Auckland, el tránsito en la ciudad es terriblemente lento. Así fue Ty me llevó hasta el Vector Arena y cuando intenté pasar con la cámara me dijeron que tenía que dejarla en un locker porque estaba prohibido sacar fotos y mi acreditación era solo para "writter" la organización tenía su propia troupe de fotógrafos y nadie más estaba acreditado. Finalmente luego de dejar mi cámara en los lockers pasé al catering vip de prensa y fue como esos momento de alegría donde uno toma champagne y come boludeces con caviar y mira culos y tetas de promotoras de lo que se imaginen y habla con colegas y demás, todo bastante frívolo y banal. Pero luego de este disneyworld arrancó el show y todo se convirtió en una experiencia impresionante. El sector de prensa estaba adelante de todo y se veía perfecto y se escuchaba que te cagabas encima. El público tardó bastante en reaccionar, sinceramente la gente acá es bastante fría y poco comunicativa, me sorprendió mucho que el público no se supiera las canciones y eso que hablan el mismo idioma! En mis recuerdos se mezclan los 2 show que vi de NIN, porque vi el mismo show en Buenos Aires el año pasado! y si pudiera juntar la imagen del de Argentina con el sonido de el de New Zealand creo sería un mix perfecto. Eso si con el playlist del show de BA. Acá tocaron relativamente poco (una hora 40 minutos) y se fueron rápidamente sin bises ni encore jajajja, la gente se quedó aplaudiendo diez minutos y como no hubo respuestas y las luces se encendieron se dieron a la fuga en silencio pero bastante enojados. Trent Reznor anunció que esa era la última gira de NIN, probablemente... Esa misma noche le envié por mail mi review del show a mi editor, la cual titulé: Great last NIN tour. Pero mi editor decidió que era mejor titularlo: Review NIN at vector arena. Porque básicamente la gente acá no tiene la menor idea de quiénes o qué es NIN. Y es cierto ni los kiwis ni los maoríes conocen mucho de música foránea, el hecho de vivir en una isla es un poco así, un día te falta un repuesto para un celular y cagaste! La gente acá vive como en una burbuja y no tiene mucho interés de conocer otras cosas o al menos no las correctas. Acá lo que se ve mucho es que la gente es total y completamente consumista. Son fanáticos del tunning de autos, porque les gusta la velocidad, porque los autos son baratos, porque tunnearlos es barato y porque la imagen lo es todo! jajajaj Ahora que la nafta está aumentando de nuevo, luego de una gran caída de precios, la gente está guardando sus caros y gastadores autos tunneados. Porque los autos tunneados gastan mucho combustible! Así que lloran los kiwis motorizados fierreros luego del veranito...
Volver a Gisborne fue extraño, sobre todo por la emoción de las últimas horas, en Coromandell casi me caigo al mar con van y todo, es que nunca te imaginarías que después de una curva cerrada y con visión tapada por el acantilado te encontrarías media ruta hundida en el mar! Sí, tal cual, mis reflejos y los frenos funcionaron correctamente y pude seguir viaje previo paso ajustado entre el agujero en el asfalto y la roca.
Y así comencé otra semana en las viñas llena de contratiempos y medios días de trabajo. Para el siguiente trabajo que no sería mucho mejor pero más fácil me tocaron varios compañeros argentinos y chilenos: picking grapes!
El picking de uvas es relativamente fácil y no muy cansador pero acá no se trabaja con lluvia y no se muy bien por qué pero la uva antes de recogerla la secan con una máquina que es básicamente un secador gigante que lo pasan con un tractor entre las viñas. Si, acá todo esta zarpadamente tecnificado y las maquinarias a veces son colosales. La contra de este trabajo es que solo trabajamos tres días a la semana o menos dependiendo de las lluvias y es poca plata... Y está lloviendo mucho... así que poco trabajo, pero mis excompañeros del hostel: Yutaka y Go (japoneses) también están trabajando poco en la cosecha, o sea que es algo general, mucha gente para trabajar y no necesitan levantar la cosecha toda de una sino lentamente a todo esto si le sumamos el temporal del fin de semana pasado que fue muy húmedo y lluvioso nos quedan pocos días de trabajo.
Así que ando evaluando mover para Tauranga tal vez y trabajar en el packing de kiwis o algo que me deje un ingreso mejor que lo que Gisborne provee.
Aparecieron unos argentinos en mi última semana de hostel y fue gracioso porque había alguien que me conocía de Buenos Aires y yo tardé un ratito en recordar que con Carolina hicimos el mismo curso de laboratorio fotográfico, pero ella no lo terminó. Así que fue agradable el encuentro y eso de que el mundo es un pañuelo. Ellos se quedaron pocos días, compraron un auto y se fueron para Hastings, yo les compre finalmente la van a los checos y me fui del hostel después de una última semana bastante hostil por parte de la dueña. Parecía una broma pero no lo era, yo evitaba comer, beber o fumar dentro de la habitación pero otra gente del hostel no y siempre sucedía lo mismo aparecía la dueña y me regañaba a mi:
-don´t smoke and drink inside the room!
- It wasn´t me!
-Yes, you are, you are!
Todo esto mientras Joseph y George (los checos) se cagaban de risa mirando una peli, comiendo, escabiando birra y fumando adentro de la habitación! Parecía una broma de mal gusto pero día tras día sucedía lo mismo y si no era en la habitación era en la cocina. So el día que me fui realmente lo disfruté mucho, aunque extraño la ducha con agua caliente...
Mi celular sigue esperando el repuesto para ser reparado y yo buscando nuevos rumbos y nuevos trabajos, ya llevo 3 days off y queiro trabajar! Parece mentira pero es verdad! Un argentino pidiendo trabajar! jajajaj. Ya vendrán tiempos mejores y nuevos vientos... ahora que el tímido verano kiwi se está rajando para el hemisferio norte dejando paso al impiadoso invierno en la tierra de las dos estaciones! Acá la gente no conoce la primavera ni el otoño y debe ser porque no existen! el verano no es tan caluroso y el invierno es crudísimo así que espero ahorrar plata y comprarme ropa de abrigo.
Me enviaron una carta del sistema de salud donde me invitan a suscribirme a no se que si necesito viajar varias veces para reparar mi cara pero les contesté que milagrosamente la isla me sanó y solo me creyeron cuando desde el hospital de Hamilton les enviaron los RX y una carta al médico que me atendió en Gisborne explicándole por qué no me operaron y de mi (cuasi) inverosímil recuperación. Esta isla es poderosamente mágica y misteriosa... Hablo de New Zealand, no de Lost!
Me pregunto: qué misión extraña me depara Gisborne para los próximos días?

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martes, enero 06, 2009

Chapter II: Falling deep




El primer día del año 2009, mis amigos y yo decidimos comenzarlo con mucha adrenalina conociendo la famosa slide rock en Gisborne, próxima a Rere falls. Al llegar a la Slide rock nos encontramos un montón de gente de todos los rincones del mundo deslizándose sobre bodyboards y cámaras de caucho por una roca con una leve pendiente que termina en un estanque ates de continuar su camino hacia las Rere falls. Entonces tomamos unas tablas y nos deslizamos a toda velocidad por la roca mojada, primero de pecho sobre las tablas, luego intentando mantener equilibrio para no caer. No es tan fácil mantener el equilibrio sobre una piedra pero nada es imposible y mucho menos cuando la caída duele durante toda la bajada. El primero en deslizarse fue John, un brasilero y tuvo bastante suerte excepto porque sobre el final perdió el equilibrio y golpeó con el muslo derecho sobre la roca. El siguiente fue Luis, un chileno, pero a mitad de la roca cayó y siguió rodando y golpeando una y otra vez hasta detenerse en el agua; luego seguí yo y tuve bastante suerte pero sobre el final perdí el equilibrio y seguí sin tabla deslizándome sobre mis pies hasta caer de cabeza en el agua. El siguiente fue Yutaka, un japonés pero apenas pudo arrancar y en el primer salto cayo y siguió rodando cuesta abajo. Una y otra vez nos deslizamos hasta ganar confianza en la roca y poder pararnos completamente sobre la tabla con mayor o menor éxito, a veces llegamos hasta al final y otras perdimos la tabla luego de dos o tres saltos (porque la roca tiene desniveles por donde corre el agua) al promediar la tarde decidimos ir a probar saltos en las Champagne pools, unas piletas naturales muy profundas con varios niveles y pequeñas cascadas, saltar no es nada fácil porque hay que saltar hacia adelante para despegarse de la roca y caer en la profundidad de la pileta porque en la orilla es relativamente bajo, mi primer salto fue malísimo y caí muy próximo a la orilla pero al ser poca altura no me paso nada, entonces decidimos ir por el gran salto desde las Rere falls, aproximadamente unos quince metros de alto y no demasiada profundidad para caer. No todo el mundo se animaba a saltar y una vez arriba era bastante diferente a lo que se veía desde abajo. El salto debía ser similar, siempre hacia adelante, entonces a mi turno me acerqué al borde y comprobé que era demasiado alto para mi pánico a las alturas, pero supuse que podría vencer el miedo y saltar como todos los demás. Debo haber tardado demasiado en tomar coraje para saltar porque cuando intenté impulsarme con mis piernas simplemente no me respondieron, estaban ateridas del pánico y tan solo caí en picada hacia el agua, solo recuerdo haber cerrado los ojos y abrirlos cuando toqué el agua y ya bajo el agua ví los rayos del sol entrando en las profundidades del estanque, pero caí muy próximo a la roca y golpeé con mi cara y mi pecho sobre una roca bajo el agua y sentí el impacto en todo mi cuerpo y todo se volvió negro. Debo haber estado tres años debajo del agua aprendiendo de la naturaleza antes que mi alma gemela llegara a mi encuentro para abrazarme y debemos haber permanecido abrazados unas cuantas horas (pero no de nuestro tiempo sino de tiempo de otra dimensión) antes que brazos extraños me arrancaran de las profundidades del estanque para llevarme a la superficie y entonces comprendí lo que había sucedido y traté de nadar hacia la orilla mientras varias personas trataban de auxiliarme. Finalmente salí hasta la orilla caminando sobre mis propios pies y toda la gente sintió un gran alivio al saber que estaba bien, relativamente bien. La gente no podía creer que estuviera caminando, la gente no podía creer que estuviera vivo luego de presenciar mi caída y escuchar el ruido del golpe. Los primeros instantes fueron de total confusión y cuando mi ojo comenzó a transformarse y mi rostro se transformó en algo muy parecido a la deformidad absoluta comprendí que había golpeado contra la roca y que las cosas podían no estar tan bien. Todo mi pecho me dolía muchísimo y mi cara también. traté de mantenerme en pie y pensar pero mi cabeza daba vueltas tratando de recordar lo sucedido bajo el agua con una sensación de bienestar impresionante, allí abajo experimenté una sensación de bienestar increíble como si no necesitara el aire para respirar. De regreso en el hostel las cosas empeoraron cuando intenté sonarme la nariz para sacarme los restos de sangre y mocos de mi nariz, entonces algo malo sucedió porque en vez de salir hacia afuera se fueron hacia mi ojo izquierdo y me asusté mucho y los muchachos me llevaron al hospital. Mi ojo se veía horrible y en pocos segundos quedé casi completamente desfigurado! Al llegar al hospital me hicieron un chequeo general mientras mi cabeza parecía estallar y todo se volvía muy confuso, Jane, la enfermera que me atendió me dijo que mi inglés era muy bueno pero a mi me costaba muchísimo encontrar las palabras y traducirlas! Me ofrecieron pasar la noche en el hospital hasta la mañana siguiente para escanearme la cabeza para ver si tenía algún hueso roto y decidí quedarme mientras los calmantes comenzaban a hacer efecto. Pasé una noche bastante mala semi dormido entre sueños y delirios y la imagen del impacto una y otra vez como un video loopeado y cada tanto venía Jane y me chequeaba la presión y la temperatura. Bonita manera de empezar el año! Finalmente me despertaron para el desayuno y luego de una hora vino un enfermero y me preguntó si podía caminar, le contesté que si pero al intentar moverme me fue imposible, sentia mi cuerpo como si me hubiese pasado un camión por encima, me llevaron en silla de ruedas a otro sector del hospital y me pusieron adentro del escaner y traté de dormir y no pensar mientras esa cosa daba vueltas alrededor de mi cabeza. Al cabo de un rato me regresaron a la habitación y pude dormir luego de tomar más calmantes. A las dos horas me despertó el médico y me confirmó mis sospechas: tenía el arco superciliar fracturado (en realidad la parte de abajo solamente) y debían operarme y ponerme un pedazo de titanio o platino para reparar el daño... la única opción. Pero la operación n la podían hacer en Gisborne, entonces debían trasladarme hacia Hamilton para intervenirme y convertirme en cyborg. Mi cabeza se trasformó en un torbellino y fue muy difícil pensar y no pensar, me dolia todo el cuerpo y de solo pensar por lo que deberé pasar más y más me dolía y peor me sentía. Al cabo de un rato de delirar comencé a calmarme y a pensar: "ok, ya saltaste, ya te rompiste la cabeza y no hay nada que puedas hacer para cambiar eso, aceptalo y ya y si tenés que llevar un pedazo de metal en tu cara debajo de la piel por el resto de tu vida aceptalo porque es un precio muy barato a cambo de seguir vivo" y luego de eso me dormí profundamente y me despertaron para el almuerzo y darme el alta. Al despertar me sentía diferente, el dolor seguía estando en todo mi cuerpo pero algo en mi había cambiado, sentí que toda la bronca y la mala energía que había traído conmigo desde argentina se había ido con el impacto y el estanque la había absorbido y trasformado en otra cosa. Algo nuevo había renacido en mi, algo que ahora estoy intentando cultivar y compartir con todos uds al contarles mi historia del salto fallido desde lo alto de las rere falls. No todos los días uno se rompe la cara contra las rocas y sigue vivo, entonces abro mi corazón y abrazo la vida y agradezco tanta bonad, tanta generosidad, tanta auda recibida de mis compañeros de hostel, del muchacho que saltó para rescatarme, de la gente del hospital, de este país que ha sido tan generoso conmigo al permitirme salir (casi) ileso de esta nueva aventura aquí en New Zealand.

domingo, noviembre 02, 2008

Mi dulce amiga



















No sé si me aterraba más dejar atrás el pasado o encarar el futuro, cuando era niño estas preocupaciones no me asaltaban en medio de la noche llenando mi cama de un sudor terrorífico, un letargo aterido y de un difícil despertar. Nadie me abrazó como mi madre, sin embargo la lastimé muchas veces destrozándole el corazón detestando mi existencia, deseando no haber existido nunca. Sin embargo nadie me abrazó como mi madre y eso no me importó. Cuando era pequeño no podía comprender el esfuerzo que hacían mis padres por darme lo esencial y aunque pasamos momentos difíciles siempre encontramos la forma de seguir adelante. Mientras estoy aquí tirado mirando este cielo como nunca antes lo había visto el miedo se fue junto con el escalofrío de mi espalda, creo que hasta sonrío mientras veo a través de las ramas de los árboles las estrellas que esta noche primaveral adornan el cielo. Parece extraño, pero nunca me había detenido a observar el cielo de esta manera, mientras siento desinflarme como un globo y comienzan a desfilar en letanía los fantasmas que no he podido explusar de mi vida. No sé lo que es la redención, pero quizás se sienta como ahora, en este preciso momento mientras veo todos los pedazos de vidas rotas que he dejado, pieles que he mutado, suelos que he atravesado, un tendal de dolor a mi paso, como un Atila del alma. No puedo mover mis manos y no me preocupa, tan solo puedo parpadear y mover los ojos de un lado al otro. Y aunque los cierro las imágenes están ahi y aunque no quiera verlas las recuerdo todas. Supongo que ya es demasiado tarde para reparar todo el daño proporcionado al mundo, nunca imaginé que estaría esta noche experimentando esto y dejándolo ser. Mi corazón late extrañamente fuerte y cuanto más late más me desinflo, siento que mi respiración comienza a desacostumbrarse y a fallar, mi cuerpo está en shock y ya no funciona. Y yo acá desvaneciéndome lentamente, fundiéndome con el piso lacrado con mi propia sangre. Es un momento de tristeza sintiendome así, pero la música que escucho me llena de esperanzas para desaferrarme a este envase que me contubo durante tantos años. No se qué viene ahora, realmente no lo sé pero no siento miedo porque ya no puedo luchar contra esto. He odiado mucho durante mi vida, pero todo ese odio se acaba de ir fuera de mi y ahora me siento lleno de algo indescriptible, es como la alegría pero una alegría que no recordaba y ahora si la experimento y se que la he vivido. Quisiera abrazar a toda la gente que he amado y también a la que he odiado porque en definitiva veo ahora que todos somos lo mismo y mis pensamientos pasan tan rápido y las imágenes y me siento como en un embudo que me lleva hacia fuera de mi cuerpo. Nunca pensé que contuviera tanta sangre en mi interior, el olor comienza a ser muy fuerte, como aquellas escaleras del Congreso en 2001. Nunca había pensado la muerte como un nacimiento hacia otra forma de vida, pero ahora lo experimento así mientras una brisa me refresca la cara y vienen a mi los recuerdos del mar, de todos los mares donde estuve, en todas mis edades, todos juntos y superpuestos; y esto que en otro momento sería caótico ahora lo puedo comprender, todos mis recuerdos están mezclados y girando en mi cabeza como un remolino y lejos de aturdirme y eterrarme me llenan de vida y alegría, una alegría extrañisimamente nueva y placentera como si corriera directo al abismo y no me importara y de pronto soy el niño que fui y estoy corriendo por la casa de mi infancia, mi padre está trabajando la tierra y corro para abrazarlo y decirle que lo quiero, se sorprende al verme, extiende sus brazos y me alza, le agradezco la vida que ahora entrego, todo en simultáneo; comprenderías que la vida sucede en un instante como yo lo comprendo ahora? El pasado, el presente y el futuro son la misma cosa y suceden al mismo tiempo, el tiempo no es lineal, las líneas no son rectas y los circulos no tienen perímetro. Son espirales aureas que giran constantemente. Ya no hay odio en mi ni tan siquiera al que se convertirá en mi asesino y tal vez nunca encuentren, pero siento que ya no hay tiempo y el odio se va con la sangre y algo muy parecido al amor me invade y espero le llegue a él también mientras corre por el parque escapando de la policía que ya puedo ver que se acerca bañando de azul las hojas de los árboles... Y tanta iluminación en estos últimos instantes de vida terrenal lejos de hacerme sentir un desperdicio me llenan de esta alegría tan especial que me colma y me infla y me eleva mientras los árboles se abren y me acerco a las estrellas, creo que al fin es el momento de aprender a dejar mi cuerpo mundano y abrazar la muerte que me invade y me lleva.

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viernes, agosto 03, 2007

De lo sucedido a los cabrones





Pablo sabía que el hondo pesar que sentía se debía a la falta de atención de las personas que él estimaba. Se había embarcado escribiendo un interesante guión que necesitaba ser pulido ferozmente y buscó ayuda en personas que no quisieron escucharlo y sucumbió ante la idea del silencio: no hablar más que lo necesario. Todo lo que compartía diariamente con su gente se limitó a pocas palabras que escasamente dejaban adivinar el ánimo de Pablo.

Tirado en el médano mientras tomaba fotografías se le acercó Hank, otro enemigo de la parlotera. Pablo aprendía mucho de Hank, ser oscuro y sabio que con tres palabras describía reinos submarinos de excelsa belleza. Habló un rato con él, pero más largo fue el rato en que estuvieron sentados uno al lado del otro sin pronunciar palabras y no es que no supieran que decir sino que tan bien se entendían que con solo mirarse ya sabían lo que tenían en mente. Luego se fueron directamente al mar.

El Loco no había parado de cocinar pescado desde que habían llegado, y Johnny bebía terribles tragos que parecían hechos arriba de un semiremolque. Bebieron y fumaron toda la noche mientras divagaban entre anécdotas e historias prohibidas que no contaban a nadie excepto a ellos. Pablo les relató su increíble experiencia de provation, las mujeres de la iglesia y el hambre, también les contó la idea de documentalizar El tren que persigue al sol, refiriéndose al maldito Sarmiento en busca del oeste. Anotó muchas cosas en un cuaderno que siempre llevaba consigo, ideas y bocetos macabros en busca de la luz. Johnny se despachó con una aventura de lesbianas que incluía a su propia madre y todo en él se transformó y adquirió el clima de una extraña tragedia griega contada con un aire pasolineano y una sensualidad raramente expresada por el más frenético de los cuatro. El Loco tirado sobre un colchón despanzurrado solo pudo contar la historia que lo unía a una chica que había conocido hacía tres años y que había visto unas cinco veces, pero sabía que pronto iba a llevarla a su cama o él terminaría en la cama de ella, lo cierto es que tenía la plena certeza que tarde o temprano la iba a coger y no solo coger porque de la forma en que hablaba el Loco de esa muchacha emanaba un incienso profundo en el que todos adivinaban cierta locura y profundo... amor? Hank fue muy sincero con sus amigos y les contó que ese año no había muerto nadie a su lado... todavía... El resto se las ingenió para sutilmente tocar un trozo de madera sin patas, es que no querían herir la sensibilidad de su oscuro amigo. Luego brindaron y rieron hasta que el sueño los fue ganando.

Una vez todos dormidos Pablo salió rumbo a los médanos a intentar fotografiar algo interesante que le sirviera de guía en su insignificante guión. Tomó una fotografía de huellas y luna y deseó que la película estuviese bien expuesta. Luego un pájaro blanco surcó el cielo y graznó... Pablo lo observó maravillado, no sabía que ave era pero estaba seguro que era la misma que sobrevolaba la terraza del edificio donde vivía en Buenos Aires, una y otra vez rumbo al sur. Luego apareció Johnny con una botella de whisky y un faso y se sentaron a la luz de la luna a contarse intimidades que solo ellos deben saber... y nadie más... y el viento los abrazó y ellos sonrieron de haber realizado tan frenético y placentero viaje... con una luna gigante que parecía guiñarles un ojo, si la luna tuviera ojos... Esa noche los tenía y era toda de ellos...