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martes, enero 06, 2009

Chapter II: Falling deep




El primer día del año 2009, mis amigos y yo decidimos comenzarlo con mucha adrenalina conociendo la famosa slide rock en Gisborne, próxima a Rere falls. Al llegar a la Slide rock nos encontramos un montón de gente de todos los rincones del mundo deslizándose sobre bodyboards y cámaras de caucho por una roca con una leve pendiente que termina en un estanque ates de continuar su camino hacia las Rere falls. Entonces tomamos unas tablas y nos deslizamos a toda velocidad por la roca mojada, primero de pecho sobre las tablas, luego intentando mantener equilibrio para no caer. No es tan fácil mantener el equilibrio sobre una piedra pero nada es imposible y mucho menos cuando la caída duele durante toda la bajada. El primero en deslizarse fue John, un brasilero y tuvo bastante suerte excepto porque sobre el final perdió el equilibrio y golpeó con el muslo derecho sobre la roca. El siguiente fue Luis, un chileno, pero a mitad de la roca cayó y siguió rodando y golpeando una y otra vez hasta detenerse en el agua; luego seguí yo y tuve bastante suerte pero sobre el final perdí el equilibrio y seguí sin tabla deslizándome sobre mis pies hasta caer de cabeza en el agua. El siguiente fue Yutaka, un japonés pero apenas pudo arrancar y en el primer salto cayo y siguió rodando cuesta abajo. Una y otra vez nos deslizamos hasta ganar confianza en la roca y poder pararnos completamente sobre la tabla con mayor o menor éxito, a veces llegamos hasta al final y otras perdimos la tabla luego de dos o tres saltos (porque la roca tiene desniveles por donde corre el agua) al promediar la tarde decidimos ir a probar saltos en las Champagne pools, unas piletas naturales muy profundas con varios niveles y pequeñas cascadas, saltar no es nada fácil porque hay que saltar hacia adelante para despegarse de la roca y caer en la profundidad de la pileta porque en la orilla es relativamente bajo, mi primer salto fue malísimo y caí muy próximo a la orilla pero al ser poca altura no me paso nada, entonces decidimos ir por el gran salto desde las Rere falls, aproximadamente unos quince metros de alto y no demasiada profundidad para caer. No todo el mundo se animaba a saltar y una vez arriba era bastante diferente a lo que se veía desde abajo. El salto debía ser similar, siempre hacia adelante, entonces a mi turno me acerqué al borde y comprobé que era demasiado alto para mi pánico a las alturas, pero supuse que podría vencer el miedo y saltar como todos los demás. Debo haber tardado demasiado en tomar coraje para saltar porque cuando intenté impulsarme con mis piernas simplemente no me respondieron, estaban ateridas del pánico y tan solo caí en picada hacia el agua, solo recuerdo haber cerrado los ojos y abrirlos cuando toqué el agua y ya bajo el agua ví los rayos del sol entrando en las profundidades del estanque, pero caí muy próximo a la roca y golpeé con mi cara y mi pecho sobre una roca bajo el agua y sentí el impacto en todo mi cuerpo y todo se volvió negro. Debo haber estado tres años debajo del agua aprendiendo de la naturaleza antes que mi alma gemela llegara a mi encuentro para abrazarme y debemos haber permanecido abrazados unas cuantas horas (pero no de nuestro tiempo sino de tiempo de otra dimensión) antes que brazos extraños me arrancaran de las profundidades del estanque para llevarme a la superficie y entonces comprendí lo que había sucedido y traté de nadar hacia la orilla mientras varias personas trataban de auxiliarme. Finalmente salí hasta la orilla caminando sobre mis propios pies y toda la gente sintió un gran alivio al saber que estaba bien, relativamente bien. La gente no podía creer que estuviera caminando, la gente no podía creer que estuviera vivo luego de presenciar mi caída y escuchar el ruido del golpe. Los primeros instantes fueron de total confusión y cuando mi ojo comenzó a transformarse y mi rostro se transformó en algo muy parecido a la deformidad absoluta comprendí que había golpeado contra la roca y que las cosas podían no estar tan bien. Todo mi pecho me dolía muchísimo y mi cara también. traté de mantenerme en pie y pensar pero mi cabeza daba vueltas tratando de recordar lo sucedido bajo el agua con una sensación de bienestar impresionante, allí abajo experimenté una sensación de bienestar increíble como si no necesitara el aire para respirar. De regreso en el hostel las cosas empeoraron cuando intenté sonarme la nariz para sacarme los restos de sangre y mocos de mi nariz, entonces algo malo sucedió porque en vez de salir hacia afuera se fueron hacia mi ojo izquierdo y me asusté mucho y los muchachos me llevaron al hospital. Mi ojo se veía horrible y en pocos segundos quedé casi completamente desfigurado! Al llegar al hospital me hicieron un chequeo general mientras mi cabeza parecía estallar y todo se volvía muy confuso, Jane, la enfermera que me atendió me dijo que mi inglés era muy bueno pero a mi me costaba muchísimo encontrar las palabras y traducirlas! Me ofrecieron pasar la noche en el hospital hasta la mañana siguiente para escanearme la cabeza para ver si tenía algún hueso roto y decidí quedarme mientras los calmantes comenzaban a hacer efecto. Pasé una noche bastante mala semi dormido entre sueños y delirios y la imagen del impacto una y otra vez como un video loopeado y cada tanto venía Jane y me chequeaba la presión y la temperatura. Bonita manera de empezar el año! Finalmente me despertaron para el desayuno y luego de una hora vino un enfermero y me preguntó si podía caminar, le contesté que si pero al intentar moverme me fue imposible, sentia mi cuerpo como si me hubiese pasado un camión por encima, me llevaron en silla de ruedas a otro sector del hospital y me pusieron adentro del escaner y traté de dormir y no pensar mientras esa cosa daba vueltas alrededor de mi cabeza. Al cabo de un rato me regresaron a la habitación y pude dormir luego de tomar más calmantes. A las dos horas me despertó el médico y me confirmó mis sospechas: tenía el arco superciliar fracturado (en realidad la parte de abajo solamente) y debían operarme y ponerme un pedazo de titanio o platino para reparar el daño... la única opción. Pero la operación n la podían hacer en Gisborne, entonces debían trasladarme hacia Hamilton para intervenirme y convertirme en cyborg. Mi cabeza se trasformó en un torbellino y fue muy difícil pensar y no pensar, me dolia todo el cuerpo y de solo pensar por lo que deberé pasar más y más me dolía y peor me sentía. Al cabo de un rato de delirar comencé a calmarme y a pensar: "ok, ya saltaste, ya te rompiste la cabeza y no hay nada que puedas hacer para cambiar eso, aceptalo y ya y si tenés que llevar un pedazo de metal en tu cara debajo de la piel por el resto de tu vida aceptalo porque es un precio muy barato a cambo de seguir vivo" y luego de eso me dormí profundamente y me despertaron para el almuerzo y darme el alta. Al despertar me sentía diferente, el dolor seguía estando en todo mi cuerpo pero algo en mi había cambiado, sentí que toda la bronca y la mala energía que había traído conmigo desde argentina se había ido con el impacto y el estanque la había absorbido y trasformado en otra cosa. Algo nuevo había renacido en mi, algo que ahora estoy intentando cultivar y compartir con todos uds al contarles mi historia del salto fallido desde lo alto de las rere falls. No todos los días uno se rompe la cara contra las rocas y sigue vivo, entonces abro mi corazón y abrazo la vida y agradezco tanta bonad, tanta generosidad, tanta auda recibida de mis compañeros de hostel, del muchacho que saltó para rescatarme, de la gente del hospital, de este país que ha sido tan generoso conmigo al permitirme salir (casi) ileso de esta nueva aventura aquí en New Zealand.